A Gil Zu con aprecio.
Somos hidrogeno, oxigeno, sueños, recuerdos
sobre una frágil estructura mineral que nos presta el Universo
sin su añoranza solo seriamos un puñado de cal,
de ceniza o de carbon, polvo esparcido en la rosa del viento
Se sueña en la calle de nuestra infancia, estando lejos
al volver añoramos la distancia porque ya no existe el rincon del primer beso;
del exilio solo se retorna a veces en el claustro final de madera
porque ebullen en el alma para siempre
los pueblos que te amaron cuando en tu suelo te abrazo la muerte.
Wilfredo Hernandez Cabrera